La rodilla es una de las articulaciones más complejas y sometidas a mayor desgaste del cuerpo humano. Cuando el dolor, la rigidez o la pérdida de movilidad afectan de forma significativa la calidad de vida, la traumatología de rodilla ofrece soluciones quirúrgicas avanzadas como la artroplastia total. En este artículo, desde Origen te explicamos en qué consiste esta intervención, cuáles son sus posibles complicaciones, y cómo es el proceso de recuperación para volver a caminar sin dolor y con seguridad.
¿Qué esperar de una prótesis de rodilla?
La artroplastia total de rodilla consiste en sustituir las superficies articulares dañadas por una prótesis que restablece el movimiento y alivia el dolor. Gracias a los avances tecnológicos, como el sistema robótico MAKO, es posible planificar la cirugía de forma personalizada a través de un TAC previo, y realizar una colocación precisa del implante durante la intervención, lo que mejora notablemente los resultados a largo plazo.
El pronóstico general es muy positivo: entre el 85 y el 90% de los implantes mantienen su funcionalidad incluso 20 años después de la operación. Sin embargo, como en cualquier procedimiento quirúrgico, pueden presentarse algunas complicaciones.
Principales complicaciones tras una artroplastia
Aunque poco frecuentes, las complicaciones pueden variar en tipo y gravedad:
- Infección profunda: Es una de las más graves y difíciles de tratar. Su aparición está en torno al 1-2% de los casos y requiere una detección y tratamiento rápidos. La prevención comienza con una adecuada planificación, técnica quirúrgica y seguimiento postoperatorio.
- Complicaciones en la herida o piel: Especialmente en pacientes con intervenciones previas o factores de riesgo, pueden aparecer problemas en la cicatrización.
- Trombosis venosa profunda: A pesar de las medidas preventivas, como el uso de heparina, anestesia regional y movilización precoz, esta complicación sigue siendo una causa importante de reingreso hospitalario.
- Dolor rotuliano y complicaciones patelares: Pueden surgir por factores como el diseño del implante o la no inclusión de la rótula en la prótesis, afectando entre el 1% y el 10% de los pacientes.
- Rigidez postoperatoria (artrofibrosis): Suele estar asociada a una movilidad limitada tras la cirugía y puede dificultar el proceso de rehabilitación.
- Dolor persistente e insatisfacción: Aunque la mayoría de los pacientes mejora, se estima que entre un 13% y 19% reportan cierto grado de insatisfacción por dolor residual o expectativas no cumplidas.
Recuperación y cuidados postoperatorios
La recuperación comienza de inmediato. El paciente inicia ejercicios isométricos el mismo día de la operación, y generalmente se levanta y comienza a caminar con ayuda en las primeras 24 horas.
Durante las primeras semanas, se recomienda el uso de muletas una o dos según el caso. Existen distintas técnicas para caminar correctamente con apoyo, como la marcha en paralelo o la marcha cruzada, que se enseñan durante la rehabilitación.
Gracias a un seguimiento multidisciplinar, el objetivo es que el paciente recupere su independencia y calidad de vida en el menor tiempo posible, siempre con seguridad y bajo control profesional. Pide cita con nuestros profesionales. Tu Salud es Origen.